Desmontar el «narco-Estado», el desafío de Honduras

El expresidente de Honduras Juan Orlando Hernández será extraditado a Estados Unidos por tráfico de drogas y su exjefe de policía sigue sus pasos en este país calificado por la justicia estadounidense de «narco-Estado». ¿Podrá el nuevo gobierno hondureño librarse de este estigma?

Un juez ya dio luz verde para que el exmandatario (2014-2022) pueda ser juzgado en Estados Unidos por traficar a ese país unas 500 toneladas de cocaína, como parte de un cartel también integrado por el exdirector de la policía Juan Carlos «El Trigre» Bonilla, que Washington también pide en extradición.

En Nueva York, Antonio «Tony» Hernández, exdiputado y hermano del exmandatario, cumple cadena perpetua desde hace un año por el mismo delito.

Expertos sospechan que la madeja de lazos entre el narco y el aparato estatal es densa y se preguntan: ¿hasta dónde llega el hilo?

El nuevo gobierno de la izquierdista Xiomara Castro promete desenredarlo.

Ahora «toca continuar desmontando cada uno de los grupos en el sistema financiero, armado, operativo» vinculados al narcotráfico, dijo a la AFP Rasel Tomé, vicepresidente del Congreso y estrecho colaborador de Castro.

La presidenta prometió una lucha «frontal» contra el narcotráfico desde que asumió su cargo el 27 de febrero.

¿Por qué «narco-Estado?»

El sacerdote Ismael Moreno, jefe de la Compañía de Jesús en Honduras, presente en zonas oprimidas del país en donde opera el narcotráfico, cree que en este país los narcos han infiltrado las más altas esferas del poder, incluso más que en Colombia o México.

«A lo largo de 18 años, los políticos liderados por el Partido Nacional (al que pertenece Hernández, ndlr) lograron que la institucionalidad del Estado, llámese Casa Presidencial, Congreso Nacional, Ministerio Público y Corte Suprema de Justicia respondiera a los requerimientos de la narcoactividad y que estas instituciones se pusieran al servicio de la narcoactividad», sostiene.

«El ‘Chapo’ Guzmán logró controlar a funcionarios sobornándolos. Pablo Escobar, además de sobornar fue miembro del Congreso en Colombia, pero temporalmente porque lo identificaron y lo acusaron. Juan Orlando Hernández llegó a ser presidente y creo que es el capo de más alto nivel en América Latina», considera el jesuita.

En base a la acusación de la justicia estadounidense, Mike Vigil, exagente de la DEA, dijo a la AFP que JOH -en Honduras se conoce al expresidente por sus iniciales- y su hermano Tony eran parte de «una conspiración muy amplia» que involucraba a integrantes de la justicia hondureña, a policías, militares y «también políticos, empresarios».

Efecto dominó

Para Vigil, tras la caída de JOH, al nuevo gobierno le toca la ardua tarea de desmantelar los lazos del poder con el narco.

«Es como una situación de dominó, donde se están arrestando personas y ellos siguen dando declaraciones. No va a parar con Juan Orlando Hernández, van a venir más acusaciones formales y más solicitudes de extradición», anticipó el exagente.

«Va a tocarle a la secretaría de Seguridad, al gobierno, seguir investigando, a la fiscalía y por eso estamos impulsando un nuevo procedimiento de cómo elegir los nuevos funcionarios, un nuevo fiscal, los nuevos magistrados. También se va a requerir mucha cooperación con Estados Unidos», sostuvo por su parte el diputado Tomé.

Para JOH, todas las acusaciones en su contra son producto «de una venganza». Según el exmandatario, todos los capos que su gobierno ayudó a extraditar lo acusan en represalia para disminuir sus penas en tribunales estadounidenses.

Comisión anticorrupción

Moreno considera esencial la creación de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Honduras (CICIH), que será apoyada por la ONU y ya fue anunciada por Castro.

«Para que tengamos una nueva institucionalidad necesitamos de instancias internacionales que nos apoyen», como la CICIH, afirmó.

Vigil, el exagente de la DEA, cree que Washington tiene esperanzas ahora que Castro asumió el poder y nombró en el ministerio de Seguridad a Ramón Sabillón, un exjefe policial que el gobierno de JOH despidió presuntamente por desarticular una banda de narcotraficantes sin avisarle.

Estados Unidos puede dar recursos y entrenamiento e inteligencia a Honduras para esa batalla, dice.

Antes «no se podía pasar mucha inteligencia a las fuerzas de seguridad porque Juan Orlando y su hermano ‘Tony’ vendían esa información. También el exjefe de la policía. Era muy difícil pasar información porque eso podía dañar informantes, dañar operativos, investigaciones y luego también a los propios agentes de la DEA».

Con los tres tras las rejas, Honduras da señales de cambio.